Pedro Paricio. Un pintor otro

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Pedro Paricio nace en Tenerife, en las Islas Canarias en 1982. En el año 2004 traslada su estudio a Barcelona, donde empieza a dedicarse exclusivamente a la pintura.
Su obra no nos deja indiferentes. Su sello personal es el estallido de color, colores fuertes, eléctricos, saturados, en definitiva, estridentes. Ya en el lienzo manchas de pintura que definen formas orgánicas, unas veces en brillantemente sintonía con polígonos multicolores, otras sobre magistrales estudios inspirados en obras de autores que le han causado impacto. La pintura de Pedro es humor, es ironía, es pasión. Como él mismo dice cuando pinta, busca inconsciente o conscientemente, obtener esa gota de agua que produzca un cortocircuito en el reconocimiento automático del espectador.
En palabras de Joan Manuel Bonet: bienvenido al ruedo, no a un pintor más, sino a un pintor otro.

1. Cuéntanos un poco,¿naciste con un pincel bajo el brazo o lo encontraste por el camino?
Siempre dibujé aunque de manera autodidacta y sin considerarlo una opción de futuro. De niño era muy muy muy muy muy pesado –hoy me hubieran diagnosticado como hiperactivo y recetado ritalin- y la única solución que encontraba mi madre para descansar era darme un libro o lápices de colores. Lo mas cerca que estuve de descubrir una vocación temprana fue a los 9 años, en la clase de música. Un día vino la hija de la profesora con su violín a dar un concierto-lección y yo, platónicamente enamorado, en vez de atender le hice un retrato a lápiz. La profesora me pilló infraganti cuando lo terminaba, pero como le gustó, no se enfadó sino que habló con mis padres para que me cambiasen de matería. Entonces me inscribieron en clases de dibujo pero solo fui tres días: allí únicamente te obligaban a copiar láminas de forma mecánicamente burda sin ningún tipo de didáctica emocional ni desarrollo individual de la creatividad. Así continué anárquicamente dibujando hasta que llegué a la Universidad, mi primera educación artística académica y el momento que comienzo a pintar de forma ininterrumpida diariamente. Hasta entonces había querido ser, en orden cronológico: inventor, futbolista, jugador de básket, discjockey, actor, escritor y director de cine.


Cardenal segun Rafael, por Pedro Paricio

2. Sabemos que para ti es tarea difícil dar por finalizado un cuadro, o que otras tantas veces tras tenerlo hecho decides rasgarlo o comenzar algo nuevo encima. ¿Tan complicado es darle el punto final a una obra?
Es muy difícil. Tan difícil como empezar. Muchos pintores tienen diferentes trucos para enfrentarse a lo que se denomina miedo al blanco, pero para terminar un cuadro no hay ningún truco. Ahora considero que terminar un cuadro no es tanto un hecho físico como psicológico. Por ejemplo, en un momento de inseguridad personal puede resultar imposible acabar un cuadro porque no eres capaz de percibir que lo has acabado. Con el tiempo he aprendido que para acabar un cuadro no siempre hace falta añadir algo, una nueva acción física, pintar más, sino solo ser capaz de sentir y decidir que está acabado. Lo de rasgar cuadros a lo bestia es algo delirante: estoy en el estudio, loco, pintando, saltando y bailando con un par de litros de cerveza… y de repente pienso que el cuadro es irrecuperable, me enfado y lo destrozo. Es algo que ahora trato de evitar por dos razones: cada vez me interesa menos la violencia y la destrucción mas allá de la propia pintura, y un cuadro perdido siempre te puede llevar a un nuevo lugar.

3. Hemos leído en tu ensayo La estafa del discurso (brillante, por cierto) acerca de la rimbombancia de los textos que suelen acompañar a las obras. Si te pedimos q q bnhue nos expliques este cuadro, ¿qué nos dirías de él?
Nada. Sobre un cuadro en concreto solo prefiero dar información técnica y biográfica. Donde lo pinté, sobre que, con que materiales y cuando. Considero mas interesante crear un mapa conceptual sobre las cuestiones generales que abordo y dejar que cada espectador termine de construir cada pieza por si mismo. ¿Cuestiones que podría situar en este mapa? Las ilimitadas posibilidades evocativas de la pintura, el formato, la imagen pictórica en el siglo XXI, la tradición, el azar de la materia, la frontera entre figuración y abstracción, el retorno a la humanidad en un tiempo de cyborgs, recuperación de la mirada perdida, desbloqueo de la capacidad imaginativa…


Estudy of a study, por Pedro Paricio

4. Cuando te enfrentas a un lienzo, ¿lo haces con una idea clara o es un sentimiento el que te va guiando?
Casi nunca tengo una idea totalmente definida del cuadro. A veces tengo en mente un espejismo final y otras un punto de partida. Por ejemplo, el cuadro sobre el que me preguntabas antes, tiene su origen en un estudio de mi propio estudio, a raíz de los estudios que estaba haciendo de otras obras pictóricas: una especie de broma metalingüística. Pero luego es la propia pintura la que me guía, en un proceso bidireccional y no unidireccional. La pintura opina y yo opino. Volviendo a este mismo cuadro, al principio era muy figurativo, en un estilo pop a lo Equipo Crónica o Lichtenstein, porque sin darme cuenta me iba quedando atrapado en una imagen de pintura heredada visualmente e incrustada en mi imaginario. -Los clichés que denomina Gilles Deleuze: imágenes que llenan el cuadro y nuestra mente antes de empezarlo-. Después conseguí alejarme, descomponerlo y llevarlo a mi propia concepción de pintura: a mi propia obra.

5. Nos gustaría preguntarte acerca de los títulos: ¿pintas y luego titulas, o sucede al revés?
Igual que cuando pinto. A veces tengo una imagen –difusa- previa encabezada por un título, pero luego la propia pieza cambia y con ella el título. Otras veces comienzo de una construcción sin nombre y la propia pieza evoca un título. Muchos son homenajes al cine o la literatura: mis otras pasiones. También hay series concreta como los estudios de Francis Bacon, en que ya de antemano todos tenían su título correlativo: Estudio según Francis Bacon nº 1, Estudio según Francis Bacon nº 2, etc.

6. Dinos, ¿qué es lo primero que cambiarías del mercado del arte?
Nada, en todo caso me preocuparía por cambiar a la sociedad e intentar desarrollar en ella una mayor sensibilidad hacia el arte. Este es un tema que viene de lejos, arte y sociedad, pero el error de muchas de las personas que dirigen la cultura ha sido querer acercar el arte a la sociedad y no a la inversa, es decir: acercar la sociedad al arte. En vez de crear los mecanismos adecuados para que la sociedad incremente su percepción sobre arte: aumentar su bagaje histórico, sensitivo y emocional; han rebajado la calidad del arte para que la sociedad pueda acceder a ella fácilmente como bien de consumo de masas. Y este no es un deseo altruista, sino interesado, ya que la sociedad –o al menos parte de ella- configura el mercado del arte y por lo tanto condiciona su desarrollo en una u otra dirección.

7. Hasta hace muy poco, toda tu obra era en general abstracta y de colores vivísimos, casi ácidos. Ahora, en cambio, encontramos una nueva tendencia hacia escenarios más reales, figurativos, aunque también encontramos una obra en blanco y negro. ¿Se está produciendo un cambio?
En mi obra continuamente se producen cambios, es dinámica y no estática. No me pongo ningún límite a la hora de trabajar. Si observas toda mi obra en panorámica, verás un movimiento constante pero a la vez encontraras implícita una relación evidente ya que desde el primer momento hasta el último siempre abordo las mismas cuestiones y sobre todo, siempre está el color sobre el dibujo como modo de construcción. La pregunta mas difícil a la que me enfrento continuamente es: ¿Y tú que tipo de pintura haces? Porque no hago ningún tipo de pintura concreta, en el siglo XXI no tienes porque acogerte a ningún estilo porque la modernidad y especialmente la posmodernidad dinamito muchas cosas –algunas para bien y otras para mal- y entre ellas esta. Soy abstracto pero también figurativo, soy narrativo a la vez que poético, soy compositivo a la vez que desectructuralista. Lo único que soy capaz de contestar es que me siento un pintor colorista que se inscribe en la línea de Van Gogh, Gauguin, Matisse, Bacon, Rothko, Barceló… La pieza en blanco y negro que mencionas es, a día de hoy, una anécdota experimental de una serie en la que quería abordar el concepto de pintura en el campo expandido pero que he abandonado por que al final me aleja de lo que realmente me interesa, la propia pintura. Cualquier elemento externo que incorpores, parece reflejar una falsa incapacidad por parte de la misma para aparecer como hecho artístico completo. Una rendición.

8. ¿Tienes alguna manía a la hora de pintar?
Tengo varias supersticiones pero afectan mas a mi vida diaria que a la pintura en concreto. Cuando trabajo lo que tengo son ciertas costumbres: escuchar música, tener un ordenador cerca para poder escribir, rodearme de catálogos y libros de ensayo, beber cerveza o vino, fumar puros, utilizar un tipo de lienzo concreto, fabricarme los bastidores, aislarme… aunque luego soy capaz de adaptarme a cualquier situación cuando tengo mono de pintura.


Estudio para un nacimiento, por Pedro Paricio

9. Tenemos una curiosidad: ¿sueñas mucho? De ser así, ¿se parecen tus sueños a los escenarios que recreas?
Cada mañana tengo la sensación de haber soñado pero nunca recuerdo mis sueños, así que quien sabe.

10. ¿Con qué artista te gustaría que te compararan y con cuál no soportarías?
Con aquellos que la historia del arte ha y continua consensuando. Pinto para que algún día mis cuadros cuelguen en El Museo del Prado.

-¿Alguna pregunta que no te hayamos hecho y que te apetezca contestar?
¿Cuales son tus próximos proyectos?
En Octubre participo  con la Galería Fidel Balaguer en El Tardor de l´Art 2010. Un evento en el que cada galería de Barcelona presenta una pieza de un artista. En Noviembre tengo una individual en Barcelona tambien en la misma galería, una de las mejores galerías emergente de la ciudad sino la mejor (www.galeriafidelbalaguer). En esas mismas fechas voy a publicar una tercera edición revisada de los ensayos antiguos junto a varios textos inéditos: Textos Inconclusos vol. I y II. Y recientemente he preparando material para un libro que la editorial Laurence King Publishers (www.laurenceking.com) publicará en Londres en Enero del 2011. Un catálogo en el que Francesca Gavin comisaria la selección de 100 artistas jóvenes alrededor del mundo. Considero un honor ser escogido por una de las mejores críticas emergentes internacionalmente quien con seguridad definirá parte de panorama artistico del siglo XXI.

www.pedroparicio.com