Ramon Maiden: Tatuar lo vintage

Un bolígrafo basta a Ramon Maiden para hacer sus obras y reinterpretar los personajes de un imaginario formado principalmente por pin-ups, estampas religiosas e imágenes vintage. Autodidacta, ha hecho de su pasión por el tatuaje, la tinta y los viajes el sello de un estilo propio que no deja a nadie indiferente. A nosotros, sencillamente nos encanta. Apostamos a que a vosotros también.

1. En la biografía que tienes en la web, te presentas como un dandi delincuente. El diccionario nos dice que un dandi es “un hombre que se distingue por su extremada elegancia y buen tono”. ¿Qué matiz otorga aquí la delincuencia?

Crecí y resido en Roquetas, el Bronx barcelonés, un barrio obrero ubicado en el límite de la ciudad. En los 80-90, era conocido por sus altos índices de delincuencia y marginalidad. El caballo –la heroína– hizo mucho daño aquí y la situación que se dio en aquella época, ajena al despilfarro olímpico, fue cuna, caldo de cultivo y hábitat del «quinqui» de pura cepa, del auténtico, no el importado: el Robin Hood de greña desaliñada, chándal de táctel y amor por la ornitología. Los Curro Jiménez de la periferia.

Los maleantes del barrio tenían ciertas leyes de camaradería y la principal era no robar en el barrio. Eran verdaderos dandis. Los buenos modales de alta alcurnia no me interesan en absoluto, pero me atrae enormemente la gente humilde y leal que sabe estar y lucha por los suyos. Como mi abuela, en paz descanse, que no tenía nada de delincuente y que, sin saber leer y en territorio hostil, educó y sacó adelante a toda su familia.

2. Eres un artista autodidacta. ¿Hasta qué punto crees que esto haya podido influenciar en la creación de un estilo inconfundible y tan personal como el tuyo?

Soy totalmente autodidacta y heredero por accidente de la teoría del ensayo error. La técnica y los clichés académicos encorsetan el arte y no soy nada partidario del purismo en la técnica. No disponer de límites técnicos me ha permitido crear mis propias técnicas, rudas y poco agradecidas, pero dichosamente resultonas.

3. ¿Nos explicas cómo fue el camino hasta llegar a poder dedicar al arte todo tu tiempo?

Llegar a vivir del arte no ha sido un proceso para nada planeado; ha sido, más bien, un cúmulo de accidentes y casualidades, un resultado inesperado más que una voluntad. Mi formación proviene del mundo social y el arte fue más una válvula de escape que no una vocación clara. El arte siempre ha acompañado mi proceso vital y ha estado ligado a mis emociones, proyectos, éxitos, fracasos… Una vez consumido mi interés por el mundo social –estéril y estrechamente sujeto a la política y el momento económico–, el cuerpo me pedía un cambio, y el arte me permitió avanzar y reinventarme.

4. Sabemos que te interesa mucho la historia y, observando tu obra, tenemos la intuición de que estarás de acuerdo con esta cita de Oscar Wilde, el dandi por excelencia: “El único deber que tenemos con la historia es rescribirla”. ¿Estamos en lo cierto?

Olvidar es perdonar y sin memoria histórica estamos condenados, así que Oscar Wilde estaba en lo cierto. Él reescribió la historia y yo, de forma mucho más modesta y casera, también intento revisar aquellos momentos de la historia que me atraen, asquean o cautivan. La reinterpretación no tiene ningún objetivo político ni alberga ninguna carga ideológica, es sólo eso, una forma de refrescar el olvido.

5. Has vivido en muchas ciudades distintas y parece que, siempre que puedes, viajas. ¿Qué te aporta alejarte de tu ciudad y tu cotidianidad?

Viajar es la mejor fuente de inspiración y la mejor forma de generar una amplia cultura visual, necesaria para cualquier artista. En mi caso, ha sido vital a la hora de crecer como persona y como artista. Alejarte de tu cultura y adentrarte en otras me ha sido de mucha utilidad a la hora de plasmar en papel lo vivido.

6. ¿Cómo consigues las postales, calendarios, pósters vintage, cubiertas de libros antiguos, estampas religiosas, esculturas de madera… y todo lo que utilizas como soporte de tu obra?

Como decía, viajo a menudo. Me encantan los mercadillos, las tiendas de antigüedades y rarezas, las ferias de arte antiguo o de coleccionistas. Hago una prospección previa a cada viaje e intento informarme dónde puedo encontrar las imágenes que busco. El proceso de mis creaciones se inicia con la búsqueda, así que cada obra tiene una historia detrás.

7. Jesús, la Virgen María, prostitutas, mafiosos, actores y actrices de época, pin-ups, soldados nazis… Los personajes que configuran tu universo son iconos de la imaginería popular a los que, con tu intervención, das un sentido nuevo que sorprende y, algunas veces, inquieta. Jesucristo ensangrentado o Clark Gable cadavérico son un ejemplo. ¿Buscas alguna reacción en particular?

No busco ninguna reacción, busco pasármelo bien haciendo lo que hago. Ésa es la primera premisa, disfrutar del proceso. Aún así, las superficies y personajes sobre los que trabajo están estrechamente relacionados con mis gustos, intereses y mi historia familiar y personal: desde la relación de mi familia con el catolicismo durante la guerra civil española, a mi interés por la historia, la antropología o la cultura moderna americana.

8. Decía Barthes que el cuerpo nunca puede estar desnudo: incluso cuando está desnudo va vestido de cuerpo. Los tatuajes con los que reinterpretas tus personajes hacen evidente esta cuestión, poniendo el cuerpo como texto en primer plano. Podríamos haberlo imaginado antes de conocerte: tu propio cuerpo está lleno de tatuajes. ¿Qué quieres dar a leer? ¿Qué sentido tiene para ti el tatuaje?

El tatuaje tiene una fuerte carga estética y simbólica. En mi caso, mi cuerpo es el mapa de mi vida y en él se reflejan todos los momentos, que de una forma o otra, me han marcado. Ha sido la forma ideal de mezclar mi pasión por el tatuaje con el arte, tinta al fin y al cabo.

9. Se agradece descubrir a un artista tan singular, sin duda alguna. ¿Cuáles son tus referentes?

Mi cultura visual es muy diversa. Adoro el surrealismo, pero también la cultura pulp americana, la ilustración modernista de la escuela checa, el submundo del cómic underground, el arte sacro y algunos ilustradores y artistas modernos como Dr. Lakra o Chris Cleen, por ejemplo.

10. ¿Alguna pregunta que no te hayamos hecho y que te gustaría contestar?

Por ejemplo: qué proyectos tengo ahora. Así, podría haber contado que quiero seguir creciendo como artista y, para lograrlo, la idea es viajar más para poder colaborar con otros artistas, conocer otras técnicas y medios para crear. Este año vuelvo unos meses a USA, pero en breve tengo la intención de viajar un tiempo por Asia y nutrirme de lo que allí pueda encontrar. Recientemente, contacté con un grupo de tatuadores y artistas japoneses con los que colaboraré. El tatuaje tradicional japonés, de origen ancestral, me cautiva enormemente y la idea es conocerlo para poder reintepretarlo y trabajar con él.

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