Alternativas a la letra pequeña: compartir tipografías

Artículo para The Trend Net. Junio 2012.

Por ser ilegible, la letra pequeña –demasiado pequeña– de los contratos de alquiler, de los créditos y de los programas electorales podría ser una de las causas que explica el malestar de la cultura, la indignación actual. Pero podría ser también el motor que explica la respuesta ante esta indignación y las alternativas al modelo de gestión tradicional.

En el sector editorial y de la música, la asociación de profesionales en forma de cooperativa y la autogestión ha demostrado su efectividad. Ahora parece ser el turno del mundo de la tipografía.

Son cada vez más los estudios que se organizan para poder controlar directamente la venta de su trabajo y tener mayor contacto con los clientes eliminando intermediarios. Ofrecen sus creaciones a precios realmente baratos (a 10 dólares los de Ten Dollar Fonts, por ejemplo) o incluso pagando con un tweet o un post en Facebook.


Fonecian, por Rosalind Stoughton


Dayta, por Eli Sebastian Brumbaugh

También hay quienes ofrecen las letras de su tesoro (perdón por la broma fácil) de manera gratuita o bien a cambio de la voluntad: The Lost Type Co-Op es un ejemplo paradigmático. Y todo sin rastro alguno de la letra pequeña a la que nos habíamos acostumbrado cuando pagar era más importante que difundir de manera creativa.


Arvil, por Ben Dalrymple

Otro ejemplo: el estudio asturiano ATIPO. Además de ofrecer tipos preciosas y sofisticadas gratuitamente, dedican a la presentación de cada fuente un trabajo impresionante: una web exclusiva, un booklet con ejemplos de uso y un vídeo sencillamente brutal. Mirad la web y el video que presenta la tipografía Cassanet (un homenaje a Cassandre de lujo):

Con estas tipografías y esta nueva manera de presentarse y conectar con la gente, da gusto leer la letra. También la pequeña.